COMPARTIR LA VIDA CON ADULTOS MAYORES :pp:
La cercanía amigable y asidua, ayuda a los adultos
mayores a mantener relaciones constantes con el exterior,
a conservar integra su personalidad.
De hecho representan una forma concreta de defensa de
los derechos a los más débiles y de control social de
la calidad de vida.
En una de las visitas domiciliarias, una de las abuelas en
confidencia me expresaba "Su visita me ayuda a sentirme más
segura y protegida, no se valla hermana"; claro me dí cuenta que su hijo
alcohólico la maltrataba y mi presencia impedía todo tipo de abuso,
llámese éste verbal, físico, económico, etc.Son frecuente los casos de maltratos,
ya sean por omisión, o por violencia.
La amistad con los adultos mayores, se convierte entonces en una forma de
tutela y defensa de los derechos, fundamentalmente de la persona.
La persona mayor, sobre todo las no autosuficientes, son las
más discriminadas, las más vulnerables, tanto en el ámbito
del derecho a las curas y a la asistencia, como al uso del propio patrimonio y, más generalmente, en el ejercicio de los derechos fundamentales de la persona.
Los adultos mayores, son amigas especiales; en historias de la comunidad, en afectos, una considerable muestra de solidaridad vivida corresponde a esta población.
No porque ellas/os fuesen los primeros, los más destacados, sino porque son
los más pobres y suelen experimentar y expresar la alegría de poder dar desde su pobreza, desde sus limitaciones.
Compartir momentos con adultos mayores ha hecho crecer a en estos últimos
años un patrimonio de experiencia y de sensibilidad que en su originalidad, se ha puesto al servicio de muchos para construir una cultura de la solidaridad y de acogida hacia quien es más anciano o más limitado en sus movimientos.
Estar cerca de ellas, apoyarlas, ayudarlas, escucharlas, ayuda a madurar en todo los gustos por la vida, es decir ayuda a no malgastar las propias energías.
significa invertir en humanidad y solidaridad.
Los adultos mayores están abiertos a recibir la ayuda de las generaciones más jóvenes que le sostienen y dan afecto y esto da sentido a la vida. Es una verdadera escuela de humanidad.
En el grupo Honrar la vida, ?Las tejedoras de sueño?, lograron
tejer más de 50 mantas, escarpines, gorras y chalecos, para Bebe,
las que fueron entregados en la maternidad del hospital de la zona
en víspera de Navidad por las abuelas, donde cada presente entregado a las mamás
muy bien preparado, iba acompañado de una cartita que invitaba a dar gracias por la vida, a valorarla y defenderla de todo peligro.
Elisa :n8:
